martes, 6 de diciembre de 2011

Carretera y manta

Me suele pasar al salir de la gasolinera. En la pantalla del salpicadero aparece lo que llaman la "autonomía". Con el depósito lleno, siempre es más de 600 kilómetros, a veces casi 700. Entonces pienso:
- Si siguiéramos conduciendo, cuando se acabara el depósito estaríamos muy lejos.
A veces Carlos me pilla y me lee el pensamiento. Quién sabe si un día de éstos seguiremos conduciendo hasta que se agote la gasolina.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Hay trabajo, hijo, para dar y tomar

- Si hay mucho trabajo, pues hay que ir a trabajar el sábado y el domingo.
A esta conclusión llegó Víctor anoche, justo antes de dormirse, cuando yo le dejaba caer que este fin de semana tengo que venir a trabajar.
Lo sigo haciendo con culpa, por más que las libranzas correspondientes redunden en su beneficio, vía compra+cocina+regalos de cumpleaños... Aún me queda ingenuidad para esperar que algún día podré darme un paseíto sola por el centro comercial frente al que vivimos desde hace un mes.
Desde hace unos días tengo la muy desagradable impresión de que para que mis hijos estuvieran "bien" atendidos tendría que dejar de trabajar. Los que defienden la integración laboral de las madres argumentan que contribuye a su realización personal. Vamos, que si te quedas en casa te conviertes en una amargada de narices.
Anda mira, resulta que estoy realizada y no lo sabía. A ver si el lunes que viene me acuerdo cuando me tenga que volver a levantar a las seis y media de la mañana para dar de desayunar a la niña y vestirla antes de venir a trabajar.

Nota: no me quejo de tener trabajo, tengo demasiada gente parada a mi alrededor y me parece ofensivo oir a mis compañeros quejarse de tener que venir a trabajar.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Hoy yo también cumplo años

Hoy cumplo cinco años como madre. Víctor también cumple años, cinco como hijo, pero a él no le da que pensar.
Me resulta increible haber llegado hasta aquí. ¿Qué demonios hago yo ejerciendo de madre de familia? El otro día una compañera me suelta
- Tú que eres madre ¿me pongo crema en esta cicatriz? es que me tira
Y me quedé pensando si el hecho de ser madre me da un extra de autoridad o de credibilidad. Parece que mis compañeros, los que se han acostumbrado a que diga gansadas en el trabajo, ven también esa otra parte de maruja que cuando ve llover exclama "¡y Víctor con las botas de agua en casa!" y si ve salir el sol "y hoy los he abrigado, se deben estar conciendo"
Porque la maternidad empieza a ser para mí el arte de no acertar y de sentirse culpable constantemente. Al menos me quedan momentos como el de ayer, un rato en el parque los cuatro juntos, tomando el sol, con Víctor en la bici y Moni subiendo a su primer columpio.
Hemos hecho votos para obligarnos a salir más con los niños a pasear y a tomar el aire. Si los pediatras recomiendan el paseo diario para los niños, deberían recetar otro tanto para los padres, que lo necesitan tanto o más que los pequeños.
El domingo que viene incorporamos el vermut. O al otro.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Me río con mi mona

"¿Por qué mami se mete un palo en la boca cuando a mí no me deja llevarme nada a los labios y escupe una cosa blanca si no consiente que deje ni una gota del biberón?" Eso parecía pensar mi mona a las siete de esta mañana mientras me lavaba los dientes con ella en el brazo. Alternaba una desternillante expresión de asombro con un ceño fruncido heredado de su madre.
De Moni ha pasado a mona, porque mi preciosísima hija no me deja estar cerca sin tenerla en el brazo, de modo que si se despierta antes de que yo haya terminado de arreglarme debo continuar con ella enganchada para que no levante a los chicos.
Y por la tarde, más de lo mismo. Tengo un extensísimo catálogo de actividades que hago sólo con la mano derecha. A la que quería una hija independiente le ha salido una pegajosa de no te menees. Con su padre se queda en la trona, en la cuna, en el suelo... Si estoy yo, enganchada a mi cadera desde que nació con esa expresión de sabionda que parece decir. "Yo, con mami"
Y yo, la madre menos vocacional del planeta, encantada de la vida. Lo que he cambiado, madre.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Mónica

Mónica perderá su riñón izquierdo. Si ahora sólo hace el 9 por ciento de la función renal y es mucho más pequeño que el derecho, en pocos años irá a menos y acabará por desaparecer. La nefróloga nos ha pedido que nos hagamos a la idea de que, en la práctica, sólo tiene un riñón. No hay ninguna posibilidad de que el afectado mejore.
No es necesario operarla para extirpárselo, sólo vigilarlo regularmente y asistir a su atrofia definitiva.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Blanco y negro

Nos vamos de nuestra casa. Una pirueta de la suerte nos ha "echado" inesperadamente y estamos en plena vorágine de cajas y caos, contentos por un lado y melancólicos por otro.
Han sido siete años en nuestro palomar y, como dice Carlos, entramos dos y salimos cuatro. Ahora, una transición de unos meses en un hogar temporal y después, por fin, el traslado a lo que tanto habíamos soñado y tanto hemos buscado.
Pero después de muchos meses de desgaste (económico, físico, psicológico y conyugal) por buscar casa, una nueva circunstancia nos impide sentirnos felices. El riñón de Mónica no está bien y ya no lo estará nunca. Aún tenemos pendiente una visita a la nefróloga en la que nos dirá qué tenemos que hacer ahora pero estoy convencida de que lo peor aún está por llegar.
Y si alguien me vuelve a decir que con un riñón se vive perfectamente... igual le pido uno de su hijo. Que estoy harta ya de la dichosa frasecita.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Contra el divorcio, tarritos de fruta

Le planteo a la enfermera de Mónica mis reparos por tener que darle de merendar a diario tarritos de fruta y ella, muy tranquila, me suelta de un tirón:
- No te preocupes, ahora los hacen con fruta natural y sin conservantes. Muchas veces lo de hacer la fruta y los purés en el momento es peor a la larga. Por querer que el niño lo coma todo fresco y recién hecho se deja de hacer vida social, la familia deja de salir y luego la pareja se resiente.
¿Y a ésta quién le ha contado mi vida?

Quizá algún dia...

A propósito de la boda de la duquesa de Alba, varias compañeras de trabajo nos declaramos admiradoras suyas porque hace lo que le da la gana. Los hombres de la redacción no lo entienden, levantan las cejas, claman... y entonces una de nosotras encuentra la razón por la cual el cromosoma no comprende nuestro punto de vista.
- Eso es por que las mujeres nunca hemos hecho lo que nos ha dado la gana sino lo que teníamos que hacer.
Pues eso

lunes, 26 de septiembre de 2011

Una de juguetes estúpidos

El primer juguete de baño de Víctor fue, cortesía de Nenuco, una gota con flotador. ¿por qué una gota necesita flotador? Pos no sé.
Fue la primera muestra de que el mundo de los juguetes no siempre es el más lógico. De hecho, muchos son de lo más absurdo. Sin duda en casa se lleva la palma el que nosotros llamamos el móvil de los mariposos.
Es uno de esos carruseles musicales que se coloca en la cuna para, supuestamente, entretener y relajar al bebé. Me encapriché de él estando embarazada de Víctor y me lo regalaron mis compañeros de trabajo. Lo fabrica una de esas marcas de toda la vida y es de los más caros del mercado.
El invento tiene colgando tres ositos disfrazados de mariposa. Ello es, ositos con una especie de mono de color a cual más gay con unas alitas a la espalda y una capucha con antenitas. ¿Por qué un osito se disfrazaría de mariposa? pos no sé.
Están colgados por la espalda. Para un adulto quedan monísimos pero el bebé, desde abajo, no vé nada más que la barriga del mariposo. Imagino al diseñador habiéndoselas con la física y el equilibrio para que los peluchitos se mantengan en perfecta horizontalidad ¿para qué? pos no sé.
La cosa tiene dos tipos de luces. Una de ellas refleja en el techo figuritas de mariposas y hojitas ¿Para qué proyectar sobre el techo cualquier cosa si se supone que el bebé no ve más allá de un metro de sus narices? Pos no sé
La otra luz ilumina la propia cuna, es decir, hacia abajo pero hace poco me he dado cuenta de que el bebe lo que ve son unas sombras, las de los mariposos, moviéndose fantasmogóricamente delante de la luz ¿Será capáz tal opción de relajar al peque? pos no sé, pero me cabe la duda.
Cinco melodías presumiblemente relajantes deberían ayudar a tranquilizar al niño pero a Dios pongo por testigo de que ninguno de mis vástagos se ha dormido jamás con ninguna de las "nanas" ¿el que elige las músicas ha tenido hijos? pos no sé.
En definitiva, un juguete diseñado para que los adultos digamos "mira qué cosa más bonita" pero mejorable si se pensara más en el niño y menos en el diseño. Eso sí, el mando a distancia es todo un acierto
Entre eso y el mundo de Bob Esponja (impagable la playa en el fondo del mar) creo que el pensamiento lógico no será el fuerte de mis soles.

martes, 30 de agosto de 2011

La gormiti de la maternidad

Me estoy acostumbrando a vivir en crisis permanente, conviviendo con el caos. O eso o el colapso pero abandonar no es una opción.
Felizmente, ayer tarde fuimos capaces de romper la dinámica de niños+casa+cocina+trabajo y nos sentamos a tomar una cerveza todos juntos en una terraza. Bueno, la cerveza nos la tomamos papá y yo, claro. Puede parecer bastante estúpido pero sólo ese ratito para nosotros fue como ir de marcha, con Víctor leyendo la carta con su padre en italiano, francés, inglés y chino y Mónica conquistando a la camarera.
De regreso a casa, allí seguían las maletas a medio deshacer y la nevera vacía y también, claro, los problemas que arrastramos desde hace meses, pero por lo menos nosotros estabamos contentos y seguros de que, de nuevo, podremos con todo.
Espero que cuando empiece el cole y Mónica se adapte a la guardería todo se estabilice un poco, aunque tengo la terrible sospecha de que aparecerá algun otro obstáculo que superar. Uno o media docena, que vaya añito que llevamos.

martes, 23 de agosto de 2011

De parejas

Mira que os lo tengo dicho, que tener un bebé no une a una pareja sino que, muy al contrario, la separa. Pues A y P están cada vez peor desde que han tenido a su hijo. Esperamos que remonten.

lunes, 22 de agosto de 2011

¿Dejado o acaparadora?

Ella se queja de que él no se ocupa lo suficiente de su hijo, de que todo lo tiene que hacer ella, de que él se desentiende...
Él se queja de que ella no confía en él para cuidar del niño, de que su opinión no es tenida en cuenta, de que se siente un cero a la izquierda...
Cada vez que les vemos hay más tensión entre ellos.

domingo, 21 de agosto de 2011

Vida comunitaria

Ayer, tarde en la piscina de la urbanización de un familiar. Víctor se lo pasó en grande con otros niños, juguetes de otros niños y padres de otros niños. Yo me sentía un poco trasplantada en medio de tanto vecino que se sabe tu vida (la de mi familiar, se entiende) y con tanta celulitis y tanta barriga postmaternal tan cerca en tan poco espacio de cesped. Hace décadas que no piso una piscina pública pero desde luego la sensación ayer se le pareció bastante.
Comentamos la experiencia de vuelta a casa, ya que tenemos que comprarnos un piso en los próximos meses y algunos de los que hemos visto tienen piscina comunitaria tan pequeña como la de ayer. Para los niños está muy bien y desde luego ver a la pandilla correr por allí era una delicia pero no sé si yo soy tan social. Una cosa es mejorar y otra comer patatas fritas al lado de los pies del vecino.

viernes, 12 de agosto de 2011

Feliz de trabajar y de volver a casa

Loca de contenta volví a trabajar. Me daban ganas de abrazar las columnas de la redacción después de nueve meses y medio fuera de aqui y a todo el que quisiera escucharme le contaba las enormes ganas que tenía de volver. Al parecer, es habitual que con el primero las mamás suframos mucho al reincorporarnos pero que con el segundo ya admitamos sin complejos que no vemos el día de volver a tener vida propia.
Pero después de unos días compruebo que el regreso al trabajo tiene otro beneficio más para mí: vuelvo a casa con unas ganas locas de ver a mis niños y me paso la tarde encantada de la vida haciéndoles caso y con Mónica en brazos. Nada que ver con el día en que según entraba Carlos por la puerta le solté a la niña, agarré las llaves del coche y salí corriendo.
Espero que con la llegada de septiembre termine de una vez este año horribilis

Yo voy, él viene

Carlos y yo nos estamos haciendo mayores el uno a la inversa del otro. Con el tiempo, yo me estoy haciendo más sociable y me intereso más por la gente. Vamos, que hasta hago favores cuando nunca me han importado gran cosa los que me rodean. Sin embargo Carlos, que era el más social de los hombres que yo haya conocido, está cambiando. Me sorprende que mientras yo me engancho a hablar con las madres de los niños en el parque, en natación o en el cole y me ponga a compartir experiencias sin pudor alguno, él no tenga el menor interés. Ni en el mundo padres ni en otros.
No es que se haya convertido en un ermitaño pero es curioso que mientras yo me planteo hacerme de facebook él diga que sólo quiere estar conmigo y con los niños, amén de un puñado de muy íntimos.
Siempre nos hemos llevado mucho la contraria. Ahora, también en ésto.

viernes, 1 de julio de 2011

¿Vaca....qué?

Ya no sé cuántas bolsas y maletas he cerrado en los dos últimos días ¿Es que pienso que donde voy no hay tiendas o qué? ¿O que no volveré a pisar mi casa?
En fin, que cambio de entorno por unas semanas. No sé si estar contenta o huir a Chile pero... allá vamos. Seguiremos sobreviviendo, que no es poco.

miércoles, 29 de junio de 2011

A Mónica no le gustan tanto las librerías como a Víctor

La maternidad me ha procurado inesperadas habilidades como la de montar, desmontar y remontar un Transformer con toda naturalidad o la de inventar media docena de cuentos para Víctor con el mismo personaje. Él hace la petición del oyente: el de la hormiga que se perdió, el de la hormiga que no le gustaba el chocolate, el de la hormiga que era de color naranja... y yo improviso durante cinco minutos historias que no osaría repetir delante de un adulto.
Pero sin duda el mayor avance que ha logrado mi personalidad con la llegada de mis vástagos ha sido la pérdida de una vergüenza que en mi caso era excesiva.
Hoy Mónica me ha dedicado un gran pedo y dos estruendosas cagadas cuando la tenía en brazos en una enorme y silenciosa librería, la favorita de Víctor.
Hace unos años habría querido morirme ante tal situación. Hoy mi hijo mayor y yo nos hemos partido de la risa.
Intento enseñarle a no ser tan pavo como lo ha sido su madre. no quiero que desperdicie 40 años de su vida.

domingo, 26 de junio de 2011

Me lo como un día

Víctor, envuelto en una toalla, descansa en una tumbona tras bañarse en la piscina. De pronto decide aprovechar que me tiene solo para él.
- ¡Veo, veo!
- ¿Qué ves?
-¡Una cosita!
-¿Con qué letrita?
Mi hijo se queda mirando el cochecito en el que duerme su hermana, se pone la mano en la boca como se me fuera a contar un secreto y me susurra
- ¿Cómo se escribe carrito?

viernes, 24 de junio de 2011

Que alguien investigue el cromosoma, plis

¿Para cuándo un estudio de la OMS sobre por qué los padres "necesitan" dormir más que las madres? Yo creía que sólo pasaba en mi casa pero voy viendo que se trata de un interrogante de ámbito mundial. Sería una iniciativa de una mujer, claro, que aprovecharía también para averiguar cómo es posible que los maridos se queden viendo la televisión por la noche con la mesa sin recoger, con todos los platos y los envases de yogur delante pero sin inmutarse, oiga.
A la que conquiste esas dos cimas yo le daría el Novel. ¿Novel o Nobel? Jó, qué ganas de volver a fumar

sábado, 28 de mayo de 2011

Matrimonio suburbano

Justo en mi primer aniversario de boda me enteré de que el concejal que me casó es, además de responsable de hacienda en ese ayuntamiento, empleado de metro. Teniendo en cuenta que tanto Carlos como yo llevamos utilizando el metro desde los diecisiete años prácticamente a diario me pareció de lo más apropiado. Vamos, como si nos casara el capitán del barco pero en urbano.

domingo, 17 de abril de 2011

La falta de sueño hace estragos en mi cerebro

Regresamos del parque. Empujo el carrito de Mónica, con Víctor detrás agarrado a mi camiseta y la abuela haciendo lo propio con él. Invento que somos un tren: el carrito es la locomotora, Mónica la maquinista y nosotros tres los vagones.
Y de repente se me ocurre que vagón es aumentativo de vago, lo cual no deja de tener sentido porque, al fin y al cabo, los vagones del tren no hacen nada, tan sólo dejar que la locomotora les lleve.
No sé cómo he llegado a esto.

miércoles, 13 de abril de 2011

Risas en la UCI

Al verme entrar en la UCI de neonatos, el pediatra de guardia (joven, alto y guapo, promised) me había dicho señalando a mi hija
- Desvístela que voy a reconocerla.
Cumplido el reconocimiento, un rato después llega otra mamá que se distinguía por lo corto de sus camisones y el pediatra dice sin darse cuenta
- Desvístete que voy a reconocerla
Las enfermeras se echaron a reir y el guapo preguntó mirándonos
- ¿Qué es lo que dicho?
Pues una burrada, eso es lo que dijo, pero en ese momento a mí me sentó estupendamente hacer unas risas un ratito

Mi imagen por los suelos

De las primeras de mi clase en el cole, un bachillerato tambien de buenas notas, cinco años de carrera, dos masters de postgrado, 18 años de experiencia profesional, un contrato indefinido en una gran empresa... para acabar llevando en el coche unas cortinillas con un Bob Esponja haciendo burla al personal por obra y gracia de Víctor y de su padre.
Hay veces que la maternidad me da la vuelta como si fuera un calcetín.

miércoles, 6 de abril de 2011

No estoy deprimida... estoy jodida

Soy madre desde hace tres semanas... y debería ser feliz.
Sin embargo, no es fácil porque la realidad no tiene mucho que ver con las películas. El cuerpo me duele por dentro y por fuera. Los puntos me están matando y no puedo sentarme con cierta dignidad. Sólo me siento a gusto en el váter, aunque me pregunto para qué porque el estreñimiento hace bastante inútil el viaje. Tengo las piernas hinchadas y, por supuesto, mi figura no tiene nada que ver con lo que era cuando me quedé embarazada. Estoy muy cansada y aunque los bienintencionados me digan que tengo que dormir todo lo que pueda, me gustaría que me explicasen cómo descanso si tengo que cuidar de mi hijo y de mi casa. Que coma bien, me piden ¿Cómo cojones voy a comer bien si el niño no me deja un minuto libre y me es imposible cocinar sano? A fritos e improvisando sobrevivimos. Y si no pongo la lavadora ¿Iremos con la ropa sucia hasta que el peque cumpla los seis meses? ¿Tengo que dejar que el polvo se acumule para que luego alguna grulla me diga que le va a dar una alergia a mi hijo?. Tampoco puedo descuidar mi higiene personal si no quiero que el postparto se complique aún más.
Y si no como bien ni descanso no tendré leche para mi hijo. Estupendo, más presión, como si la lactancia no fuera ya suficientemente difícil y dolorosa. Aún me siento insegura con el bebé. Lo de que la madre sabe qué le pasa al niño cuando llora debe ser cosa de otras, porque yo ni idea. Es entonces cuando alguien dice eso de "¿No tendrá hambre?" y me dan ganas de gritar y asesinar al listillo/a.
Muchas veces me gustaría poder echar la culpa de mis males a alguien y desde luego soy injusta con el padre de la criatura, que a menudo está tan perdido como yo. Recordamos a aquel amigo que decía que su vida no había cambiado por tener un hijo sino que directamente se había terminado. Ahora ya no nos hace tanta gracia.
Tampoco puedo contar mucho cómo me siento. Ya tuve bastante con aquella contestación: "Pues ahora no puedes deprimirte, tu hijo te necesita"
No, si deprimida no estoy.... lo que estoy es jodida

Nota: redactado a partir de experiencias propias y ajenas.

lunes, 28 de marzo de 2011

Por ellos,.. lo que haga falta

Mi abuela materna, a la que no conocí, decía " Que Dios no nos mande todo lo que podemos aguantar". Es cierto. Uno no piensa que soportará ver a su hija en cuidados intensivos a las pocas horas de nacer, ni que tendrá que pasar días enteros en los pasillos del hospital en pleno postparto con muchos problemas físicos sólo para que ella sienta que estas cerca... Y tampoco cree estar preparado para que le digan que el problema del riñón ha vuelto...
Para colmo de males, Víctor ha pescado un virus que le mantiene en casa con fiebre altísima, aunque esto no es grave, sólo cuestión de tiempo. Eso, unido a los cólicos de la niña, nos está dando una sensación tremenda de servicio militar en Ceuta.
Pero, por alguna razón extraña, uno está dispuesto a todo por ellos... y es algo que no deja de sorprenderme.

PD: Cinco semanas después de dar a luz, sólo peso un kilo más que cuando me quedé embarazada. Vamos, que ni Penélope Cruz.

sábado, 12 de febrero de 2011

¡Qué complejo!

Lo confieso, soy de las que se lleva lectura al baño. Víctor se ha entregado con entusiasmo a tal costumbre y cada noche se va con un cuento a pasar un rato sentado en el water. Muchas veces el libro se queda en el baño y los mayores acabamos echandole un vistazo en ocasiones posteriores.
Así fue cómo mami se encontró anoche abriendo el libro "Los animales" y encontrando a bocajarro tal que esta frase: "La jabalina pare entre 10 y 14 crías de una vez"
Tócate las narices.

martes, 8 de febrero de 2011

Paso página

Me rindo. Abandono. No puedo preocuparme más, ni llorar más, ni enfrentarme a más problemas. Afortunadamente, lo más grave y doloroso parece superado pero renuncio a lo demás. Estoy agotada. Ahora, dado que lo más importante, la salud de mis hijos, está salvaguardado, abandono el pulso con esta vida que a veces es un puñetero asco.
No huyo. Al contrario, me quedo, pero con el convencimiento de que las cosas desde ahora van a ser distintas y yo... otra persona.

sábado, 29 de enero de 2011

Dando el relevo, mal que nos pese a veces

Enorme el SMS que nos envía fernusan: "La vida de un hombre es de cine: pasamos de protas a extras en un par de acciones"
La paternidad, en fin.
Nos ha encantado

martes, 25 de enero de 2011

Competir, competir y competir

Ayer la madre de un compañero de Víctor le preguntó a Carlos si nuestro precioso retoño duerme aún con pañal. Al contestarle que sí, la madre suspiró aliviada porque pensaba que el suyo era el único niño de cuatro años del planeta que moja la cama. Preocupada, consultó al pediatra y éste le ha dado medicación para que el niño no se haga pis en la cama.
Ya ni mear dejamos a los pobres enanos.