miércoles, 26 de octubre de 2011

Blanco y negro

Nos vamos de nuestra casa. Una pirueta de la suerte nos ha "echado" inesperadamente y estamos en plena vorágine de cajas y caos, contentos por un lado y melancólicos por otro.
Han sido siete años en nuestro palomar y, como dice Carlos, entramos dos y salimos cuatro. Ahora, una transición de unos meses en un hogar temporal y después, por fin, el traslado a lo que tanto habíamos soñado y tanto hemos buscado.
Pero después de muchos meses de desgaste (económico, físico, psicológico y conyugal) por buscar casa, una nueva circunstancia nos impide sentirnos felices. El riñón de Mónica no está bien y ya no lo estará nunca. Aún tenemos pendiente una visita a la nefróloga en la que nos dirá qué tenemos que hacer ahora pero estoy convencida de que lo peor aún está por llegar.
Y si alguien me vuelve a decir que con un riñón se vive perfectamente... igual le pido uno de su hijo. Que estoy harta ya de la dichosa frasecita.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Contra el divorcio, tarritos de fruta

Le planteo a la enfermera de Mónica mis reparos por tener que darle de merendar a diario tarritos de fruta y ella, muy tranquila, me suelta de un tirón:
- No te preocupes, ahora los hacen con fruta natural y sin conservantes. Muchas veces lo de hacer la fruta y los purés en el momento es peor a la larga. Por querer que el niño lo coma todo fresco y recién hecho se deja de hacer vida social, la familia deja de salir y luego la pareja se resiente.
¿Y a ésta quién le ha contado mi vida?

Quizá algún dia...

A propósito de la boda de la duquesa de Alba, varias compañeras de trabajo nos declaramos admiradoras suyas porque hace lo que le da la gana. Los hombres de la redacción no lo entienden, levantan las cejas, claman... y entonces una de nosotras encuentra la razón por la cual el cromosoma no comprende nuestro punto de vista.
- Eso es por que las mujeres nunca hemos hecho lo que nos ha dado la gana sino lo que teníamos que hacer.
Pues eso