domingo, 17 de abril de 2011

La falta de sueño hace estragos en mi cerebro

Regresamos del parque. Empujo el carrito de Mónica, con Víctor detrás agarrado a mi camiseta y la abuela haciendo lo propio con él. Invento que somos un tren: el carrito es la locomotora, Mónica la maquinista y nosotros tres los vagones.
Y de repente se me ocurre que vagón es aumentativo de vago, lo cual no deja de tener sentido porque, al fin y al cabo, los vagones del tren no hacen nada, tan sólo dejar que la locomotora les lleve.
No sé cómo he llegado a esto.

miércoles, 13 de abril de 2011

Risas en la UCI

Al verme entrar en la UCI de neonatos, el pediatra de guardia (joven, alto y guapo, promised) me había dicho señalando a mi hija
- Desvístela que voy a reconocerla.
Cumplido el reconocimiento, un rato después llega otra mamá que se distinguía por lo corto de sus camisones y el pediatra dice sin darse cuenta
- Desvístete que voy a reconocerla
Las enfermeras se echaron a reir y el guapo preguntó mirándonos
- ¿Qué es lo que dicho?
Pues una burrada, eso es lo que dijo, pero en ese momento a mí me sentó estupendamente hacer unas risas un ratito

Mi imagen por los suelos

De las primeras de mi clase en el cole, un bachillerato tambien de buenas notas, cinco años de carrera, dos masters de postgrado, 18 años de experiencia profesional, un contrato indefinido en una gran empresa... para acabar llevando en el coche unas cortinillas con un Bob Esponja haciendo burla al personal por obra y gracia de Víctor y de su padre.
Hay veces que la maternidad me da la vuelta como si fuera un calcetín.

miércoles, 6 de abril de 2011

No estoy deprimida... estoy jodida

Soy madre desde hace tres semanas... y debería ser feliz.
Sin embargo, no es fácil porque la realidad no tiene mucho que ver con las películas. El cuerpo me duele por dentro y por fuera. Los puntos me están matando y no puedo sentarme con cierta dignidad. Sólo me siento a gusto en el váter, aunque me pregunto para qué porque el estreñimiento hace bastante inútil el viaje. Tengo las piernas hinchadas y, por supuesto, mi figura no tiene nada que ver con lo que era cuando me quedé embarazada. Estoy muy cansada y aunque los bienintencionados me digan que tengo que dormir todo lo que pueda, me gustaría que me explicasen cómo descanso si tengo que cuidar de mi hijo y de mi casa. Que coma bien, me piden ¿Cómo cojones voy a comer bien si el niño no me deja un minuto libre y me es imposible cocinar sano? A fritos e improvisando sobrevivimos. Y si no pongo la lavadora ¿Iremos con la ropa sucia hasta que el peque cumpla los seis meses? ¿Tengo que dejar que el polvo se acumule para que luego alguna grulla me diga que le va a dar una alergia a mi hijo?. Tampoco puedo descuidar mi higiene personal si no quiero que el postparto se complique aún más.
Y si no como bien ni descanso no tendré leche para mi hijo. Estupendo, más presión, como si la lactancia no fuera ya suficientemente difícil y dolorosa. Aún me siento insegura con el bebé. Lo de que la madre sabe qué le pasa al niño cuando llora debe ser cosa de otras, porque yo ni idea. Es entonces cuando alguien dice eso de "¿No tendrá hambre?" y me dan ganas de gritar y asesinar al listillo/a.
Muchas veces me gustaría poder echar la culpa de mis males a alguien y desde luego soy injusta con el padre de la criatura, que a menudo está tan perdido como yo. Recordamos a aquel amigo que decía que su vida no había cambiado por tener un hijo sino que directamente se había terminado. Ahora ya no nos hace tanta gracia.
Tampoco puedo contar mucho cómo me siento. Ya tuve bastante con aquella contestación: "Pues ahora no puedes deprimirte, tu hijo te necesita"
No, si deprimida no estoy.... lo que estoy es jodida

Nota: redactado a partir de experiencias propias y ajenas.