miércoles, 22 de octubre de 2008

Movimiento contínuo

Esta mañana me he quedado un rato sentada en el coche en el aparcamiento de un centro comercial sin hacer nada. Sin escuchar la radio ni planear nada, sólo quieta.
He pensado que los que me vieran mientras empujaban sus carritos pensarían que soy rara. Quizá hasta avisaban a un guardia de seguridad para que me preguntara si estoy bien
- Sí, ¿por qué?
- Porque está ahí quieta, sin hacer nada.

Tengo que parar más a menudo. Es difícil en esta ciudad que te invita a la inercia pero creo que no me sienta bien estar siempre en movimiento, me pierdo las vistas.

lunes, 20 de octubre de 2008

sin título

Mamé tantas lágrimas como leche. Mi madre lloraba cada vez que me ponía al pecho y el exceso de sal en los primeros días de mi existencia estuvo a punto de terminar con mi historia a las pocas páginas.
Nunca supe por qué lloraba mi madre pero a mí me quedó una tristeza crónica que se agrava cuando miro al mar.
Será por la sal.

¡En esta casa mando yo!

Muchas veces oí esa frase de pequeña en boca de mi padre, echando la bronca a mi madre o a mi hermano mayor. Los expertos llevan ya algún tiempo advirtiendo sobre la violencia verbal, que lleva a la psicológica y, por desgracia, a la física. He visto escandalizada cómo esta frase seguida de unas cuantas órdenes imperiosas se está emitiendo en un anuncio de televisión en horario infantil. Más aún, en un anuncio dirigido a niños.
La pronuncia una encantadora niña morena de unos 6 o 7 años en el spot de la Casa de las Barriguitas. Después de abrir con la frasecita de marras, ordena a su "marido": ¡Manuel, haz la cama!" y cierra con la frase de la que algún creativo publicitario estará orgulloso: ¡En esta casa mando... yo!
Si a través del juego los niños aprenden a ser adultos, asusta pensar que haya pequeños que puedan creer que la vida doméstica de una pareja se basa en la lucha por el poder y que es necesaria una orden para uno de sus miembros haga la cama. Mal vamos si transmitimos a que así se rige una convivencia en lugar de con diálogo, comprensión y, a veces, sentido del humor.
El juguete en cuestión es precioso, yo lo hubiera pedido de pillarme en edad, pero el anuncio me parece producto de un feminismo mal entendido.
La verdad es que habría mucho que decir de la publicidad dirigida a los niños. Hay una marca de calzado para niñas cuyo slogan es "Para ser las más guays del cole". Nunca fuí de las más populares de mi colegio. Quizá no llevé las botas adecuadas.
Un saludo

jueves, 16 de octubre de 2008

Mala madre

Soy una mala madre.
Me levanto cada día a las ocho menos cuarto. Me visto y desayuno a toda velocidad antes de que mi hijo se vaya despertando. Me quedo con él mientras se toma un biberón y algunas galletas viendo dibujos en la tele. Después le lavo la cara, le visto, le pongo el abrigo y le llevo a la guardería.
El resto del día se va en recoger casa, comprar, hacer la comida y algunas cosas más antes de irme a trabajar, donde ceno un bocadillo delante del ordenador. Llego a casa pasadas las doce de la noche. Durante todo el día se han ocupado de mi hijo una guardería, mi pareja o mi madre. Pero yo no.
A veces creo que soy una mala madre, sólo espero que mi hijo no me lo recrimine dentro de unos años.
PD: He decidido no venir mañana a trabajar, me quedo con mis chicos aunque gaste un día de asuntos propios. Ellos son mis asuntos mil veces más que ésto.

martes, 14 de octubre de 2008

Un comienzo

Tenía unos diez años cuando, en clase, le dije a una compañera que quería ser escritora. Ella, tan fresca, me contestó
-Pero para eso tendrás que ser primero periodista
Y por tan meditada y vocacional razón me hice periodista. Ahora escribo todos los días, durante horas, pero nada que ver con lo que yo soñaba. Espero que el blog me haga recuperar el gusto por escribir.
No me considero especial ni más inteligente que cualquier otra persona, de modo que no espero que nadie me lea porque yo lo valgo. Sí tengo en cambio un punto de vista que, por lo que compruebo a mi alrededor, no abunda y me apetece plasmarlo en alguna parte.
De paso, aprovecharé para contar la cara B de la maternidad. Nadie habla de ello, oficialmente tener un hijo es maravilloso y si no te sientes así serás presa fácil de sentimientos de culpabilidad. Hay que terminar con los cuentos de hadas en todos los ámbitos y en éste también.
En cuanto pueda, colgaré alguna de mis fotos. No son buenas, sólo reflejan en lo que yo me fijo.
Si me has leído, gracias