lunes, 20 de octubre de 2008

¡En esta casa mando yo!

Muchas veces oí esa frase de pequeña en boca de mi padre, echando la bronca a mi madre o a mi hermano mayor. Los expertos llevan ya algún tiempo advirtiendo sobre la violencia verbal, que lleva a la psicológica y, por desgracia, a la física. He visto escandalizada cómo esta frase seguida de unas cuantas órdenes imperiosas se está emitiendo en un anuncio de televisión en horario infantil. Más aún, en un anuncio dirigido a niños.
La pronuncia una encantadora niña morena de unos 6 o 7 años en el spot de la Casa de las Barriguitas. Después de abrir con la frasecita de marras, ordena a su "marido": ¡Manuel, haz la cama!" y cierra con la frase de la que algún creativo publicitario estará orgulloso: ¡En esta casa mando... yo!
Si a través del juego los niños aprenden a ser adultos, asusta pensar que haya pequeños que puedan creer que la vida doméstica de una pareja se basa en la lucha por el poder y que es necesaria una orden para uno de sus miembros haga la cama. Mal vamos si transmitimos a que así se rige una convivencia en lugar de con diálogo, comprensión y, a veces, sentido del humor.
El juguete en cuestión es precioso, yo lo hubiera pedido de pillarme en edad, pero el anuncio me parece producto de un feminismo mal entendido.
La verdad es que habría mucho que decir de la publicidad dirigida a los niños. Hay una marca de calzado para niñas cuyo slogan es "Para ser las más guays del cole". Nunca fuí de las más populares de mi colegio. Quizá no llevé las botas adecuadas.
Un saludo

1 comentario:

El viajero espiral dijo...

peligrosa educación la que estamos dando a los niños y niñas, y no me refiero a la de los padres, que será mejor o peor, con mayor presencia o menos, me refiero a la social: llena de mentira y manipulación. Sólo puede traer niños mentirosos y manipuladores.