Tenía unos diez años cuando, en clase, le dije a una compañera que quería ser escritora. Ella, tan fresca, me contestó
-Pero para eso tendrás que ser primero periodista
Y por tan meditada y vocacional razón me hice periodista. Ahora escribo todos los días, durante horas, pero nada que ver con lo que yo soñaba. Espero que el blog me haga recuperar el gusto por escribir.
No me considero especial ni más inteligente que cualquier otra persona, de modo que no espero que nadie me lea porque yo lo valgo. Sí tengo en cambio un punto de vista que, por lo que compruebo a mi alrededor, no abunda y me apetece plasmarlo en alguna parte.
De paso, aprovecharé para contar la cara B de la maternidad. Nadie habla de ello, oficialmente tener un hijo es maravilloso y si no te sientes así serás presa fácil de sentimientos de culpabilidad. Hay que terminar con los cuentos de hadas en todos los ámbitos y en éste también.
En cuanto pueda, colgaré alguna de mis fotos. No son buenas, sólo reflejan en lo que yo me fijo.
Si me has leído, gracias
martes, 14 de octubre de 2008
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