martes, 30 de agosto de 2011

La gormiti de la maternidad

Me estoy acostumbrando a vivir en crisis permanente, conviviendo con el caos. O eso o el colapso pero abandonar no es una opción.
Felizmente, ayer tarde fuimos capaces de romper la dinámica de niños+casa+cocina+trabajo y nos sentamos a tomar una cerveza todos juntos en una terraza. Bueno, la cerveza nos la tomamos papá y yo, claro. Puede parecer bastante estúpido pero sólo ese ratito para nosotros fue como ir de marcha, con Víctor leyendo la carta con su padre en italiano, francés, inglés y chino y Mónica conquistando a la camarera.
De regreso a casa, allí seguían las maletas a medio deshacer y la nevera vacía y también, claro, los problemas que arrastramos desde hace meses, pero por lo menos nosotros estabamos contentos y seguros de que, de nuevo, podremos con todo.
Espero que cuando empiece el cole y Mónica se adapte a la guardería todo se estabilice un poco, aunque tengo la terrible sospecha de que aparecerá algun otro obstáculo que superar. Uno o media docena, que vaya añito que llevamos.

No hay comentarios: