Mamé tantas lágrimas como leche. Mi madre lloraba cada vez que me ponía al pecho y el exceso de sal en los primeros días de mi existencia estuvo a punto de terminar con mi historia a las pocas páginas.
Nunca supe por qué lloraba mi madre pero a mí me quedó una tristeza crónica que se agrava cuando miro al mar.
Será por la sal.
lunes, 20 de octubre de 2008
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1 comentario:
Pero... ¡¡qué cosa más bonita has escrito!!
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