Un hijo es como un videojuego. Vas superando niveles y cada uno te parece más difícil que el anterior. Cuando ya controlas una etapa, te sientes tranquilo y confiado, incluso empiezas a disfrutar pero ¡¡¡sorpresa!!!! no te dejan continuar en esa pantalla y tienes que pasar por eggs a otra que se te hace cuesta arriba y te da una pereza tremenda.
¿Por qué tiene el niño que masticar con lo estupendo que es hacer puré para una semana cuando ya le has cogido el tranquillo? ¿Y por qué tiene que aprender a usar el orinal si ya me he acostumbrado a gastar un trillón en pañales?
Curiosamente, no soy aficionada a los videojuegos, mira tú.
La hermana de B. está embarazada. Me alegro muchísimo por ella. Sólo la he visto una vez pero me gustó y va a pasar por una etapa dura y llena de dudas pero que recordará siempre. Le deseo lo mejor, a ella y a su guisante.
martes, 3 de febrero de 2009
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2 comentarios:
Te noto tan estresada como los niños después de pasar cuatro horas seguidas con la videoconsola. Ten cuidado con las adicciones.
Soy pesado, así que repito lo que te sugerí en nuestra última conversación: apúntate a un gimansio.
Besos!
Es que, esto de ser madre no es como nos lo habían pintado. ¿¿Gratificante?? desde luego, ¿¿sacrificado?? no tengo palabras...
Lo del gimnasio es buena idea. Yo voy tres días a la semana a medio día (corriendo, como siempre desde que tengo a mi peque...) y lo agradezco, de verdad... Eso de pasarte una hora dando saltos y vueltas al ritmo de la música, te desahoga y te desestresa...
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