miércoles, 9 de diciembre de 2009

Con miedo a por la vida

Desde hace un tiempo, en casa el miedo no es una razón para no hacer algo...sino para hacerlo. Empezamos a saber demasiado de frustraciones y no nos apetece hacernos con más.
De ahí que la idea de buscar un segundo hijo esté tomando cada vez más forma entre nosotros. No tenemos ni puñetera idea de si conseguiremos comprarnos una casa más grande ni de dónde estará esa casa, el sustento económico tampoco está muy claro pero es cierto que si uno espera a tener un hijo cuando sea el momento "idóneo" no lo tendrá nunca. Será una dura prueba para mis problemas de ansiedad, por no hablar de nuestra resistencia física.
Víctor acaba de cumplir tres años. A veces sentimos que no podríamos querer más a otro niño que no sea él, pero también por eso mismo sentimos la necesidad de darle un hermano.
Estamos decididos pero lo que es acojonar... acojona un huevo

4 comentarios:

Nieves dijo...

No sabes cómo te entiendo... y desde ayer sabemos que ya no hay marcha atras y que viene el hermanito...¡y estoy felíz!
El miedo no puede paralizarnos, sino lo contrario.

Lula dijo...

Es cierto que no podemos permitir que el miedo paralice nuestras vidas... más bien (como tú dices) debe ser un aliciente para seguir dando pasos hacia adelante.

Mi hijo cumplirá tres años el próximo agosto y ahí es cuando nos lanzaremos a la búsqueda.

Cuando me paro a pensarlo, me entra vértigo: ahora que nuestras vidas empezaban a estar organizadas de nuevo, ahora que mi hijo empieza a ser personita... me asusta el pensar en empezar de nuevo.

También me asusto cuando pienso en la dificultad y el cansancio que acarrea tener dos hijos y en el hecho de que, por horarios laborales, el 80% de la casa y los niños es cosa mía pero...

Pero éso, que quiero que mi hijo tenga un hermano, que no quiero que mi familia sea sólo de tres, que creo que todo lo bueno ayudará a llevar mejor "lo malo".

mamisigloXXI dijo...

Gracias a ambas por las respuestas.
Nieves: mil felicidades, estoy segura de que todo irá bien.
Veo que las preocupaciones son comunes en la decisión del segundo hijo. De todos modos, pienso que con el segundo sabemos ya lo que nos espera y tendremos menos inseguridades.
Es cierto lo que dice Lula, cuando nuestro primogénito ya empieza a ser independiente nos vamos a atar de nuevo a un bebé. Pero es que luego se convierten en unos soletes ¿verdad? Yo es que a Víctor ahora me lo comía de guapo y de simpático que está.
Animo, queridas, que no veas el curro que tenemos por delante, jajajaja.
Besos

Fernusan dijo...

Hace años, el miedo era un camino de conocimiento que separaba mi realidad juvenil de mis sueños en la vida. ¿Por qué ahora debería ser diferente?

El caso es que la experiencia parece que sirve, con la edad, para paralizarse: y si hiciera esto, y si hiciera aquello mejor... Y lo único cierto es que uno termina arrepintiéndose de lo que no ha hecho, más que de lo que ha hecho mal.

Suerte, y no renunciéis a nada.

Besos!!